Las bondades de la madera
La naturaleza de la madera
La madera es buena
La madera está asociada al hombre desde tiempos inmemoriales. Lamentablemente, muchos arquitectos, constructores, contratistas y prescriptores evitan usar madera debido a su desconocimiento del material y a los mitos y falacias comunes asociados a la madera.
Un aspecto fundamental de la madera que hay que entender es que es un material biológico y, por tanto, está sujeto a factores ambientales que influyen en su formación y crecimiento. Esto hace que la madera sea variable, es decir, que presenta diferentes densidades y propiedades técnicas, por lo que no hay dos piezas de madera idénticas. Una vez que se entiende este principio, la madera se convierte en un material más complaciente, que se presta a una gran variedad de usos y aplicaciones, en gran parte debido a su capacidad para cumplir con los requisitos de forma como de función.
La naturaleza de la madera
La madera es un material biológico
La madera está formada por células, que tienden a ser alargadas y están dispuestas a lo largo del eje longitudinal del tronco del árbol. Estas células están formadas por una compleja mezcla de polímeros de celulosa, intercalados con otros carbohidratos no celulósicos y lignina. Estas células actúan como pequeños tubos alargados de paredes delgadas y confieren a la madera algunas de sus increíbles propiedades físicas y mecánicas.
La madera es anisotrópica
La madera se comporta de manera diferente a lo largo de sus tres ejes diferenciales en términos de propiedades de resistencia y movimientos dimensionales.
La madera es higroscópica
La madera está sujeta a los cambios en el contenido de humedad de su entorno. La temperatura y la humedad de la atmósfera circundante y la cantidad de agua que ya está en la madera determinarán si la madera absorbe o pierde vapor de agua. Estas absorciones o pérdidas de vapor de agua harán que la madera se hinche o se encoja con movimientos dimensionales en las tres direcciones.
La madera es inerte
La madera es inerte a la acción de la mayoría de los productos químicos. Esta propiedad hace que sea un material adecuado para muchas aplicaciones industriales donde la resistencia a la corrosión es importante. Cuando la madera está expuesta a las condiciones atmosféricas, solo se erosionará a un ritmo de 0,64 cm por siglo. Incluso esto se puede prevenir fácilmente con la aplicación de revestimientos y tratamientos adecuados en la superficie de la madera.
Atributos positivos de la madera
Solidez
La madera presenta una alta relación resistencia-peso, es decir que, para la misma resistencia requerida para una estructura determinada, el peso del material de madera que se va a utilizar puede ser hasta 16 veces menor que el acero, o 5 veces menor que el hormigón. Peso por peso, la madera puede diseñarse para soportar una carga más pesada que el acero, es decir, una tonelada de madera puede transportar una carga más pesada que una tonelada de acero.
Durabilidad
Existe una gran variedad de maderas con una amplia gama de propiedades para adaptarse a diversas aplicaciones interiores y exteriores, tanto para fines estéticos como estructurales. Aunque algunas maderas son perecederas en condiciones no controladas, muchas de ellas pueden ser tan durables como las que por sus propiedades naturales ya lo son.
Propiedades acústicas
La madera tiene buenas propiedades acústicas. Posee una mejor capacidad de amortiguación del sonido que la mayoría de los materiales estructurales como el hormigón, que refleja los sonidos con ecos más fuertes. Las propiedades acústicas naturales de la madera controlan este eco excesivo reduciendo la transmisión de vibraciones sonoras.
Excelente aislante
La madera es un excelente material aislante debido a la presencia de las paredes celulares vacías, que actúan como pequeñas trampas de aire que resisten la transferencia de calor. Una característica que es ideal para los materiales de aislamiento. En comparación con la madera, otros materiales de construcción como los ladrillos, el acero y el hormigón no son buenos aislantes.
La madera requiere una energía externa mínima para mantener un edificio dentro de la zona de confort térmico de sus habitantes. De hecho, la madera es seis veces mejor aislante que el ladrillo, ocho veces mejor que el vidrio, 15 veces mejor que el hormigón, 390 veces mejor que el acero y 1700 veces mejor que el aluminio.
Rendimiento frente al fuego
Los estudios han demostrado que la madera utilizada como estructuras, como columnas en grandes edificios, se comporta mejor durante un incendio que el acero o el hormigón. Esto se debe a que el acero se deformará y el hormigón se agrietará y se desmoronará muy repentinamente a altas temperaturas. Las columnas gruesas de madera, en cambio, se prenderán fuego inicialmente, pero la carbonización de las capas exteriores de la madera cortará el suministro de oxígeno y ralentizará efectivamente la quema de las capas más profundas de la madera.
Este ritmo lento para quemarse es importante, porque da a los ocupantes tiempo suficiente para evacuar durante un incendio. Se ha descubierto que, después de grandes incendios, las columnas de madera siguen en pie y en funcionamiento.
Versatilidad
La madera es el material de construcción más versátil, en comparación con los otros materiales de construcción. Se puede utilizar tanto para fines estructurales como decorativos, así como para aplicaciones en interiores y exteriores.
El hecho de que los árboles crezcan de acuerdo con el entorno natural en el que se encuentran significa que hay miles de vetas y tonalidades para elegir en todo el mundo, lo que brinda una excelente variedad de elección para arquitectos, constructores y diseñadores de interiores.
Eficiencia energética
El procesamiento de la madera es energéticamente eficiente. La producción de una tonelada de cemento requiere 5 veces más energía que la producción de una tonelada de madera; se necesita 14 veces más energía para una tonelada de vidrio; 24 veces más energía para una tonelada de acero y 126 veces más energía para una tonelada de aluminio.
Las credenciales «verdes» de la madera
Secuestro de carbono
La madera y el CO2 (dióxido de carbono) son socios naturales. Los árboles absorben CO2 a medida que crecen, por lo que, cuanto más bosque plantamos, más CO2 podrán absorber. Los árboles desempeñan un importante papel en la reducción del carbono en la atmósfera al ser parte del ciclo del carbono que implica que los árboles absorban CO2 del aire, liberen oxígeno y almacenen el carbono en la madera.
Sin embargo, los árboles maduros absorben menos CO2 que los árboles jóvenes. La tala de árboles maduros abrirá el manto forestal, permitiendo que crezcan árboles más jóvenes, con lo que se absorberá más carbono de la atmósfera.
Bloqueo de carbono
El CO2 que es absorbido por los árboles a medida que crecen permanece «aprisionado» en la madera. El uso de material a base de madera contribuye a que el CO2 siga aprisionado.
La construcción con madera genera emisiones de CO2 mucho menores que la realizada con materiales de construcción convencionales. Ningún otro material de construcción convencional hace esto.
Posibilidad de reciclaje
La madera es un material de construcción totalmente reciclable y requiere una fracción de la energía necesaria para producir hormigón o acero. Cuando se demuele o renueva un edificio, la madera recuperada se puede redimensionar y remodelar para adaptarse a otros usos.
Mitigación del cambio climático
El uso de madera procedente de bosques gestionados de forma sostenible puede ayudar a abordar el cambio climático, al reducir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los árboles absorben el CO2 a medida que crecen, reduciendo así significativamente la cantidad de CO2 en la atmósfera. El carbono absorbido se convierte en madera en el árbol. Sin embargo, si se deja el bosque totalmente solo, los árboles del bosque envejecerán y morirán. Los árboles también pueden morir a causa de los incendios, los daños causados por el viento y los rayos. Cuando un árbol muere, la madera se pudre y libera el carbono almacenado en forma de CO2. Para mantener el carbono aprisionado en la madera, es mejor talar los árboles más grandes que dejarlos morir y pudrirse.